sábado, 26 de julio de 2014

Descubriendo el amor de mi vida



Todos tenemos nuestras obsesiones, aficiones y gustos culposos.
Algunos no pueden vivir sin sus 5 o 6 cocacolas diarias. Otros sienten que la vida no vale nada si no tienen su cigarrito. Hay para quienes el futbol es la razón de sus alegrías y desvelos.
Otros más tienen pasiones ocultas que no serían tan bien aceptadas públicamente...

Algunos tienen metas, otros sólo tienen sueños, aunque también hay quienes ya ni siquiera se atreven a soñar...

Yo siempre pensé que viajar era una de mis pasiones. Aunque por diversas circunstancias, a estas alturas de mi vida había viajado muy poco, siempre había sido mi sueño.

Cuando era niña, mi barbie era diferente. No tenía hijos ni marido. pero tenía una estufa. Una  estufa mágica. Por supuesto que no era para cocinar. Su estufa era una máquina del tiempo en la que viajaba a lugares exóticos y lejanos.

Así que ahora que tuve oportunidad de POR FIN tachar de mi bucket list mi viaje a Nueva York, resultó ser una experiencia sublime. Y descubrí que sí, que mi pasión es viajar (además de escribir) y que mi gran amor es NYC.



Sé que no soy muy original en mi enamoramiento. Todo mundo ama Nueva York. Es fácil de amar. No es casualidad que hasta Frank Sinatra le dedicara una canción.

No me tocó ver el lado hostil de los neoyorkinos, al contrario.

Como dice la frase de Marc Twain:

Travel is fatal to prejudice, bigotry, and narrow-mindedness

Es enriquecedor, inspirador y te da una nueva perspectiva imposible de obtener de ninguna otra manera. 

Y bueno, ahora en lo único que puedo pensar es cuándo voy a volver...

I miss you NYC...




I want to wake up
In that city that never sleeps ♫


Arrivederci