viernes, 12 de septiembre de 2014

Nada de qué hablar


Podría escribir del paradigma económico obsoleto y demandante que nos ha convertido en esclavos modernos.
Podría cavilar sobre lo poco que vale la pena engancharse en dramas que al paso del tiempo te das cuenta que no tenían importancia.
Podría hablar de cómo el apagón cortocircuito de ayer parece haber descompuesto mi casi nuevo refrigerador.
Podría narrar las subidas y bajadas del día a día en el periódico en el que trabajo.
Podría quejarme del servicio de correos que ni siquiera dejó un aviso del paquete que trajeron y por poco lo pierdo...
Podría hablar de que estoy considerando dejar las redes sociales.
Podría confesar que me choca Facebook, sus métodos invasivos que meten las narices en todas partes y quieren controlar al usuario y obligarlo a hacer lo que ellos quieren.
Podría llorar porque mi Kindle parece que ha muerto.
Podría hablar de que necesito una nueva laptop pero no se si el Windows 8 o el 9 sean buena idea o es tiempo de emigrar a Apple...
Podría hablar de lo feliz que me hizo que pusieran mi artículo como nota principal en primera plana.
Podría escribir de tantos y tantos proyectos que me llenan de ilusión.
Podría tratar de poner en palabras los sentimientos de nostalgia sobre mis recientes viajes.
Podría hablar de lo perturbada que aún estoy por el horrendo video del jugador de futbol americano golpeando y arrastrando a su mujer, y sobretodo, porque a la mayoría de la gente no le parece perturbador...



Pero no, no hay nada de qué hablar.

Arrivederci
Reto Día 6