lunes, 23 de febrero de 2015

Gente de mirada muerta







Supongo que todos nos hemos encontrado con ellos alguna vez.

Tal vez estás en el supermercado eligiendo tomates y calabazas. Quizás vas caminando por la calle, de prisa, rumbo a tu trabajo.
O tal vez estás en el bus, escuchando música, con tu mente divagando, cuando de pronto te topas con esa mirada. La mirada muerta.

No me refiero a aquellos seres tristes, que parece que han perdido toda esperanza, que jurarías que han vivido mil vidas de dolor y decepciones.

Hablo de esos ojos de hielo, indiferentes, escalofriantes, que te dejan claro en un instante que detrás de ellos no hay nada. Seres vacíos. Sin alma.


Es un momento de shock porque, afortunadamente, la maldad para muchos de nosotros es algo que no conocemos "de primera mano". Claro, sabemos que existe. Lo vemos en las noticias todos los días, en los programas de investigación sobre crímenes, en las historias que van de boca en boca. Pero tener la clara sensación de que la persona frente a ti es capaz de matar, sin compasión ni miramientos, es otra historia.

Alguna vez leí que el 1% de la población son psicópatas. Es decir, son personas que no tienen empatía con los demás. Que son incapaces de sentir compasión o remordimientos. Que manipulan, mienten y usan a la gente. Por supuesto, no todos los psicópatas son criminales, pero tienen el potencial "insensible" y "amoral" para serlo.

Uno de cada 100. Esa estadística es espeluznante. Implica que hemos interactuado con personas así cientos de veces a lo largo de nuestra vida.


Yo me he encontrado gente de mirada muerta algunas veces. Siempre siento un escalofrío, y me alejo lo más rápido posible, tratando de olvidar que tuve frente a mí a una probable manifestación del mal.


¿Les ha pasado?


Arrivederci