martes, 8 de marzo de 2016

Visión de túnel Godín







Supongo que es normal que a fuerza de la convivencia constante, poco a poco nos mimeticemos con nuestro entorno. Así que me imagino que esa es la causa por la que en algunas oficinas ves al 80% de la gente comportarse como zombies.
Tal vez han perdido toda motivación como consecuencia lógica de haber pasado más de 10 años en su cubículo, haciendo lo mismo, con el mismo horario... día tras día. Y ahora son como sombras grises, sin alma, un vago recuerdo de quienes alguna vez fueron, o soñaron ser.

Y si por algún hecho milagroso, o porque seas "el nuevo" de la oficina, no te has mimetizado, seguramente te sientes como Tom Hanks en la isla desierta. Y peor aún, sin Wilson.

El rango de tolerancia, medido en años terrestres, aunque se sientan como años luz, varía de Godín a Godín.
Algunos aguantan mucho tiempo en ese entorno asfixiante, tal vez ayudados por las dosis masivas de Coca Cola, la tamaliza de febrero, o la partida de rosca, que hace que se sientan integrados, valorados, parte de algo más grande que los dos metros cuadrados de su área de trabajo.

Otros, quizá los más jóvenes, los millennials, que ya traen en el cerebro insertado desde la infancia el chip del cambio, las nuevas tendencias laborales, y el sueño aún vivo de una existencia con propósito y significado, tienen un umbral de tolerancia bajo. Salen huyendo a la primera (o segunda) señal de alarma: una gritoniza del jefe, que como buen miembro de la vieja guardia, sabe nada de liderazgo y mucho de autoritarismo; trabajo excesivo sin la paga equivalente, o la terrorífica certeza de que ese puesto de trabajo tiene tufo a esclavitud.

Pero en términos generales, yo diría que la señal para salir huyendo es cuando comienzas a padecer la visión de túnel: Cuando empiezas a creer que realmente hay pocas opciones para ti afuera, que es muy riesgoso el tan sólo discrepar con los jefes, porque te asusta llevar las cosas al punto de no retorno y que te despidan.
Cuando crees que lo peor que puede pasarte es perder ese trabajo, te aterroriza el sólo pensarlo, y tu mundo y ambiciones se reducen a cobrar cada quincena, esperar las vacaciones anuales, y comprar tu casa con tu Infonavit, estás en problemas.

Tal vez es tiempo de salir de tu zona de confort, y sobre todo, analizar si vas en camino hacia lo que deseas de tu vida a largo plazo, o es tiempo de redirigir el rumbo.

Arriverci