martes, 4 de enero de 2011

Chico Tóxico: El Stripper


Hay algunas diferencias entre hombres y mujeres que no podemos ni debemos pasar por alto, ¿Cómo qué? Nuestros conceptos sobre una tarde sabatina ideal. La nuestra: una charla con las amigas tomando capuccino mientras deshilvanamos cada historia de lo sucedido en los últimos días. La de ellos: reunirse con los amigos con una buena caja de cervezas y un partido en la pantalla gigante de la sala.
A nosotras nos gustan las comedias románticas, a ellos las de acción. A nosotras ir de shopping, a ellos hacer talacha.
Estas diferencias, por supuesto, se extienden al terreno sexual: a ellos les emociona, fascina y enloquece un buen striptease. A nosotras... NO.
Así que ya imaginarán mi sorpresa cuando cierto exnovio le dió por hacerme un striptease no solicitado, con cara de "que bueno estoy" y "seguro la estoy matando de pasión".
Y ahí estaba yo, sentada en primera fila en la cama, tratando de no reírme y pensando en el escaso futuro de la relación dada su total ignorancia de lo que una chica quiere y su absoluta adoración a sí mismo. Y encima de todo, teniendo que fingir entusiasmo ante el show, digo, llevábamos un mes saliendo, no era el momento para decir a todo pulmón "¡Qué diablos te pasa!!!!" al menos, no todavía.
Como consecuencia de ese trauma, ahora cada que veo la escena del novio "sexy" que hace "striptease" en la película "13 going to 30" no puedo evitar acordarme de aquel "Adonis" que contribuyó con muy buen material de botana para la siguiente tarde sabatina tomando capuccino con las amigas.