Trabajando como máquina, sin parar, durante horas y horas y horas, porque si te detienes por un momento, no alcanzarás a terminar.
Trabajando a toda velocidad, a toda tu capacidad. Sintiendo como el estrés inunda cada hueso y músculo de tu cuerpo hasta que literalmente empiezas a sentir dolor físico.
Y ese estrés ebulle en tu cerebro como olla a punto de explotar, sientes la pesadez en la nuca y el latido en tus sienes y empiezas a preocuparte seriamente por tu salud y por lo que este trabajo le está haciendo a tu cuerpo.
Pero no puedes detenerte a pensar en eso. Trabaja. Trabaja. Trabaja.
No puedes ir a comer algo, no puedes caminar por la oficina, distraerte es un lujo que no te puedes permitir, si quieres terminar la inhumana carga de trabajo del día.
Trabaja. Trabaja. Trabaja.
Eres una obrera de la era moderna. ¿Qué, no te lo habían dicho?
Arrivederci.
Reto Día 18
